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¿En qué difiere la crítica sentimental al capitalismo de su crítica científica? - Reseña del libro “El romanticismo económico”

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October 24, 2021

Lenin V.I (1970) El romanticismo económico. Editorial Grijalbo. 151 páginas.

¿Cuál es la razón por la que volvemos a algunos autores? Tal vez porque los mismos problemas parecen no estar resueltos y nos dan la impresión de que la historia es cíclica. Por ello la economía política es indispensable para comprender las relaciones histórico-sociales en el proceso del trabajo (producción, distribución y consumo) Este ensayo publicado originalmente en 1897 desarrolla la crítica de Lenin hacia el socialismo pequeñoburgués predicado por Sismondi en su libro “Nuevos principios de economía política” y al liberalismo decimonónico de los economistas populistas europeos que defienden las ideas de Adam Smith y David Ricardo. A lo largo del ensayo, Lenin apoyado en la teoría moderna, plantea la discusión acerca de por qué los análisis del romanticismo económico sobre las desigualdades de la división social del trabajo en el estadío industrial capitalista se basan en consejos bien intencionados e inocentes deseos que no terminan de impactar con lo que realmente sucede con las dinámicas de la población. A continuación se resumen los más importantes principios y contradicciones capitalistas evidenciados.

Por un lado, siguiendo las ideas de David Ricardo y Adam Smith sobre la reducción de los mercados internos y la ruina del pequeño productor como consecuencia del desarrollo del capitalismo, Sismondi justifica la necesidad del mercado exterior puesto que el uso de las máquinas para la producción impacta negativamente en la cantidad de obreros necesarios para producir un mismo artículo. Al haber mayor cantidad de desempleados se reduce el consumo y la renta nacional con lo que “resulta imposible reducir la demanda de trabajo sin empobrecer a la nación” (1970:13) Sismondi acepta que “el mercado interior se reduce como consecuencia de la desigualdad en la distribución”(1970:14) y poniendo los ojos únicamente en esta fase afirma que es necesario que el mercado se cree en una distribución equitativa. Entonces Lenin propone la pregunta, ¿de qué manera puede llegarse a esto en las condiciones de riqueza comercial?, ¿qué prueba aporta para demostrar que se puede mantener igualdad en la competencia entre productores? Sismondi no lo investiga.

Desde el punto de vista marxista o teoría moderna, se entiende que el desarrollo del capitalismo no reduce sino crea el mercado interior. La producción doméstica da paso a la producción para la venta, los jornaleros desalojados de la agricultura suministran la fuerza de trabajo y los cultivadores ricos son los compradores de la industria, no solamente de objetos de consumo sino también de instrumentos de producción (1970:18) Lenin acepta la contradicción del subconsumo pero hace hincapié en que Sismondi solo habla del consumo personal e ignora que la compra de objetos de producción constituye un tipo de consumo, no hecho por las personas sino por el capital. Este es un error clásico que ha sido tomado de Adam Smith y que actualmente arrastran muchas teorías.

Sismondi afirma que “lo que es renta1 para uno se transforma en capital para otro” (1970:20) por lo que es confuso distinguirlos. Entonces Lenin propone la duda, ¿cómo diferenciar cuál es la renta de la sociedad si la sociedad también consume el capital (fijo)?, ¿cómo definir el concepto de renta social? Simplemente declara que la renta nacional es el beneficio resultante de la riqueza más el salario de los obreros dando por sentado que “la renta nacional y la producción anual se equilibran mutuamente” (1970:23) Sismondi propone además tres tipos de riqueza: el capital fijo, el capital variable y la renta del capital, en el que, resalta Lenin, se confunden los procesos de producción y distribución. Vale la pena recordar al lector que entre 1850 y 1870 se dio un apogeo del ‘moderantismo ferroviario' que se caracterizó justamente por una euforia excesiva en inversiones ferroviarias que generó bastante actividad especulativa y la subsecuente distorsión entre capitales fijos y circulantes.

Bajo estos cimientos, Sismondi asintiendo a Smith en la teoría del valor del trabajo desarrolla su moral económica. Alega que el incremento de la riqueza sólo es ventajoso “cuando ninguna de sus partes se desarrolla con excesiva precipitación” (1970:26) Lenin por supuesto, lo cuestiona. Si el producto aislado consta de tres partes (capital constante, variable y plusvalía), ¿por qué el producto social sólo consta de capital variable y plusvalía? Smith excluye del producto social el capital constante lo que es erróneo puesto que este también se consume aunque solo lo harán los capitalistas. La teoría moderna abarca este problema: considera que con el consumo en las industrias de medios de producción se realiza el capital constante de las industrias de artículos de consumo, mientras que la realización del capital constante en la subdivisión de medios de producción se hace obteniendo su equivalente en materias primas, ya sea de forma natural o por intercambio. Por ejemplo, que en la producción de hierro se use carbón de piedra y que para producir carbón de piedra se use hierro.

Por otro lado, Sismondi también niega que la producción cree su propio mercado tal como David Ricardo aseveraba. Esta negación junto a la del equilibrio producción-renta ha servido para que los economistas populistas teoricen acerca de la necesidad “objetiva” del mercado exterior puesto que en el interior la plusvalía no podía ser realizada dando paso a la crisis. Lenin advierte que para ampliar la producción es necesario primero producir medios de producción, por lo que se debe atraer obreros que ya adquieren artículos de consumo hacia ese sector. Es decir “el consumo se desarrolla inmediatamente después de la acumulación o de la producción” (1970:36) Esto no solo hace innecesario la uniformidad de producción en ambos sectores sino que su desigualdad es inevitable. En este ámbito, cuanto más rápida es la acumulación, más intenso es el desarrollo del sector del consumo productivo y mientras más máquinas existen, más empeora la situación de los obreros. El desarrollo de las fuerzas productivas sin el equitativo desarrollo del consumo, es una contradicción propia de la sociedad capitalista. Sismondi no comprendía del todo esta situación y lo sustituye por el “deber ser” de su moral pequeñoburguesa.

Para la teoría moderna la necesidad del mercado exterior se debe a que tanto los productos de consumo individual como los de producción se realizan en medio de fluctuaciones que se vuelven más intensas a medida que avanza el capitalismo, el empresario tiende a salirse de los marcos del estado para buscar nuevos mercados, porque “la producción capitalista implica la tendencia a una ampliación ilimitada” (1970:47)

En cuanto a la crisis, el análisis científico la explica por la dicotomía entre el carácter social de la producción y el carácter privado de la apropiación, sin negar que exista también la contradicción del subconsumo. Mientras Sismondi ve la raíz fuera de la producción, el análisis científico la ve precisamente ahí, en la “anarquía de la producción”. Cabe contextualizar que entre los años 1873 y 1896, se produce la primera gran crisis capitalista caracterizada por una larga depresión y deflación.

Luego, Lenin visibiliza que la teoría de la tasa general del beneficio de David Ricardo ignora convenientemente el valor de la presión atmosférica y de la elasticidad del vapor, así como el valor de la naturaleza en la agricultura. Cuando afirma que la cosecha es un producto neto revela su total desconocimiento de los procesos de producción agrícolas. Sismondi se queja de esto pero no analiza las causales detrás. Asimismo menciona la sobrepoblación y las máquinas sin tomar en cuenta la relación del excedente de la población con las exigencias de la producción capitalista. Para Lenin, el excedente de la población constituye un “componente indispensable del mecanismo capitalista”(1970:64) Esto significa que cuanto más se desarrolle la gran industria, mayores serán las oscilaciones de la demanda de obreros. La superpoblación latente, flotante y estancada constituye el lumpenproletariado que forma parte del “ejército de reserva”2 Quienes atienden las etapas de prosperidad pero jamás estarán permanentemente ocupados. Lo contradictorio es que sin ellos no sería posible el desarrollo capitalista.

La teoría moderna sostiene que la industrialización es un estadío más del capitalismo que al elevar al máximo las fuerzas productivas socializa el trabajo, rompe con las relaciones patriarcales del campo e impulsa el movimiento progresista (lo que hoy en día entendemos por globalización) de la sociedad. La división del trabajo se produce justamente por un desprendimiento de la agricultura hacia la elaboración de la materia prima de manera industrializada, por ello el aumento de población y el desplazamiento de los obreros agrícolas hacia la periferia es una propiedad esencial del régimen existente. Al comprender esta realidad también comprendemos otra de las contradicciones del capitalismo: el antagonismo del campo y la ciudad. El predominio de la ciudad sobre el campo y el crecimiento de la población urbana hace que el capitalismo “acumule la fuerza histórica motriz de la sociedad” (1970:124) Según Lenin, cuando la ciudad se coloca en una situación de privilegio, sólo la fusión puede sacar a las poblaciones rurales de su impotencia y son estas aproximaciones las que van eliminando la contradicción ciudad - campo. Esta realidad es simplemente innegable.

Por otra parte, Sismondi aborda la prohibición de la importación como irracional porque según él, aunque parece que beneficia al desarrollo de la manufactura nacional, esta solo produce una parte del consumo, mientras que el resto de la demanda de la sociedad acudirá al contrabando, ¿en qué sociedad, bajo qué parámetros? No sabemos. La teoría moderna explica que el problema del proteccionismo “es una cuestión entre empresarios” (1970:85), el asunto de la supresión de derechos a la importación de máquinas agrícolas provoca un conflicto entre empresarios industriales a los cuales los economistas populistas defienden no porque la imposición de derechos aduaneros provoque un “apoyo artificial” sino porque su supresión permite un desarrollo más libre del capitalismo al extinguir las relaciones tradicionales del campo. Como vemos el formato de ejemplificación ideal del que se desprende el famoso “tú tienes dos vacas” ha sido transmitido por los populistas de generación en generación.

Sismondi plantea a la pequeña producción como un régimen natural sin considerar que tanto esta como la gran producción son dos formas de la misma economía mercantil. Su mérito radica en identificar las contradicciones del capitalismo pero sin analizar profundamente ninguna. A lo largo del ensayo se observa como Sismondi condenaba la aceleración de la economía monetaria y la pronta eliminación de las relaciones agrícolas por la industrialización y el comercio con el fin de enaltecer un utópico acceso popular a la producción independiente. Pero los principios capitalistas arrancan las distintas formas de elaboración de la materia prima para dar paso a una única economía global. Se transforma el concepto de unión, ya no entre comunidad, sino entre la misma clase social, mientras que el individualismo acelera el desarrollo social generando un sentido común masivo de estar “forjando su propia felicidad”

Finalmente, el adjetivo de pequeño burgués adjudicado por Lenin encuentra sentido en la incomprensión de la relación que tiene la pequeña producción y el gran capital. Esta forma de pensar basa sus aspiraciones prácticas en el paternalismo y la reglamentación. Sismondi plantea por ejemplo que el gobierno debe defender a la población de la competencia a través de garantizar la propiedad o de preferir la explotación de pequeños productores. La esencia del romanticismo rememora un estadío primitivo del capitalismo y desconoce los intereses reales de los diferentes actores de la sociedad. El pensamiento romántico pretende tomar la idea de la corporación de la misma manera en que los populistas pretenden tomar la idea de comunidad. Esto, dice Lenin, es absurdo porque asocian la forma en que articulaban los artesanos o campesinos (quienes tienen necesidad de asociación por la posesión común de la tierra y/o los campos de pastoreo) y aplicarla al modelo capitalista que borra las diferencias locales entre un oficio u otro y en donde la socialización del trabajo sobrepasa a la comunidad e incluso al estado mismo.

1) Este término tiene distintos significados tanto para la teoría moderna como para Smith y David Ricardo. En este caso se refiere a la parte del beneficio que no se destina a la acumulación sino para el consumo. Lenin adopta esta definición para refutar.2) Marx, K. (1867). Capítulo 23: la ley general de la acumulación capitalista. El Capital (pp. 473- 498). Archivo Chile.
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